Aneurismas
Un aneurisma es una dilatación excesiva, permanente y patológica de un vaso sanguíneo, habitualmente una arteria.
Los aneurismas más frecuentes ocurren en la arteria aorta, en su trayecto abdominal (hasta el 4% de las personas de más de 60 años pueden tener uno) pero pueden existir en cualquier arteria del organismo.
Suelen ser asintomáticos habitualmente y crecer lentamente con el paso de los años.
Cuando no se intervienen quirúrgicamente a partir de cierto diámetro (variable dependiendo de la localización del aneurisma) existe un considerable riesgo de rotura y ello supone una alta tasa de complicaciones y mortalidad.
El tratamiento de los aneurismas es quirúrgico. Consiste en la interposición de una prótesis de calibre adecuado para asegurar el flujo de sangre y evitar la rotura del aneurisma, que queda de esa forma excluido.
En cada caso el especialista en Angiología y Cirugía Vascular ofrecerá el tratamiento más adecuado según las características del aneurisma y del propio paciente
Existen dos formas de tratar quirúrgicamente los aneurismas aórticos. La técnica quirúrgica abierta y la técnica quirúrgica endovascular (menos agresiva)
En el primer caso, se implanta la prótesis mediante un abordaje quirúrgico abierto (el abdomen, en caso de aneurismas de aorta abdominal) y se sutura por ambos extremos a la arteria aorta o iliacas o femorales, en zonas sin aneurisma, permitiendo así el flujo sanguíneo y excluyendo el aneurisma.
En el segundo caso, mediante abordaje abierto de las arterias femorales se implanta la prótesis (denominada ahora endoprótesis) plegada mediante técnicas de cateterismo y se despliega y ancla en los límites del aneurisma. Así se excluye el aneurisma y queda abierto el flujo sanguíneo.
Ambas técnicas tienen indicaciones y contraindicaciones. Por ello el especialista en Angiología y Cirugía Vascular valora los riesgos y beneficios personalizados en cada caso según las características del aneurisma y del propio paciente, para ofrecerle lo más adecuado en cada caso.